Y no era nacido en Sevilla, que si lo llega a ser lo termina de bordar. Si, es el cordobés Juan de Mesa, escultor e imaginero de finales del siglo XVI y principio de XVII.
Es uno de los escultores más reveladores por haber sido discípulo de Montañes, por aquella época el imaginero por excelencia.
Es uno de los escultores más reveladores por haber sido discípulo de Montañes, por aquella época el imaginero por excelencia.
Juan de Mesa llegó a ser lo que es hoy por su obra mas representativa, el Señor de Sevilla, donde según los anales, en una casita de la collación de San Martin pasaba días y días dándole forma a la madera hasta que ésta quedara como Dios quería.
El imaginero cordobés afincado en Sevilla, realizó también tallas como la del Cristo de la Conversión, Yacente, Buena Muerte y Amor; y otras que tiene por algún otro lugar de nuestra geografía.
Os recomiendo, si no se lo habéis leído aún, el libro que escribió mi amigo Fernando Carrasco, "El hombre que esculpió a Dios", en el cual podemos ver cómo nos relata la vida de Juan de Mesa en primera persona, con detalles muy significativos.
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