Ya estás delante del paso de la Vida Eterna, con tu traje negro, camisa blanca y corbata negra, allí estarás con una buena tertulia, Ricardito y tantos otros que han sido llamados como tú, a la Vida Eterna.
Ahora tienes el privilegio de no ser sólo el capataz, sino también uno de los ángeles que le sostenga el manto, la corona o le sujete una lágrima a la devoción de nuestras entrañas.
Yo no me despido de tí, sólo te voy a decir hasta luego, porque sé que un día me llamarás, como tú sólo me llamabas y me enseñarás todo lo que no me has enseñado.
Fdo. J.Corchero Arcos (o el Quinito, como tú me decías)
Fotografía. Francisco Santiago.
Ahora tienes el privilegio de no ser sólo el capataz, sino también uno de los ángeles que le sostenga el manto, la corona o le sujete una lágrima a la devoción de nuestras entrañas.
Yo no me despido de tí, sólo te voy a decir hasta luego, porque sé que un día me llamarás, como tú sólo me llamabas y me enseñarás todo lo que no me has enseñado.
Fdo. J.Corchero Arcos (o el Quinito, como tú me decías)
Fotografía. Francisco Santiago.
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