Ya se calienta la arena;
y al ritmo de un son solemne
se queda quieto y perenne
el capote en la faena.
El miedo es gracia morena
que le llega cuando debe.
Pero cuando el cuerpo mueve
su hechura de filigrana,
su arte es duende y campana,
y cante y son que conmueve.
Ese no sé qué del cante.
Ese misterio del duende.
Ese arte que depende
de la cosa de un instante.
Ese instante del desplante.
Ese capote y muleta.
Ese pase que se aprieta
como saludo a la muerte
y no mancharse en la suerte
que ésa es la gracia completa.
Si la gracia es ser torero,
que venga del cielo un ángel
o que lo diga un arcángel,
pero un arcángel campero,
que quién es Curro Romero.
-Es toda la gracia humana.
Es todo el duende que mana
(con todo el miedo que quiera)
y la gracia pajolera
de la escuela sevillana.
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