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Un rincón que no olvida...

Cada rincón de Sevilla tiene su sabor, su semblanza, su color, su gente... Pero en mi vida, esta esquina de Triana, la de la calle Pelay Correa, es especial.

Es el domicilio de mis abuelos maternos en el que he pasado muchas horas de mi infancia, jugando al fútbol en mitad de la calle en este rincón, o siempre puntual al traslado del Simpecado del Rocío de Triana a Santa Ana; y últimamente con la visita de la Esperanza de Triana y la Estrella en sus respectivas Salidas Extraordinarias.


Cuando en el día de ayer vi que el Santísimo Cristo de las Tres Caídas pasaba por este rincón no dudé en verlo acompañado de mi familia. No en vano, y con la cámara en ristre hice esta instantánea.

El que me conozca sabrá que muy bajito no soy, pero me subí en una tripleta para fotografiar lo que veis, Pelay Correa 11 y el Santísimo Cristo de las Tres Caídas... lugar en el que quizás hasta los no creyentes, por un momento, lo llegan a ser...

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