En estas fechas que tenemos encima, el agua es un bien preciado y necesario para refrescar nuestro organismo por la ola de calor que nos asedia.
Cuando deambulamos por las calles de nuestra ciudad y nos falta la sombra siempre deseamos refrescarnos de cualquier manera.
En la Alameda de Hércules se instaló hace algunos años unos pulverizadores de agua ascendentes.
Un espejismo que se hace realidad.
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