El respetable es aquel que se sienta en un ladrillo recalentado apoyado en una barandilla, es también aquel que tiene la función de abrir y cerrar las puertas de las tablas maestrantes, es el médico que no quiere tener que salir de su burladero para atender a un torero, es aquel que, con papel y bolígrafo, se sienta en un sillón de tendido para hacer su crónica, es aquel que con su batuta dirige a la banda en los momento álgidos de una faena, es aquel que saca un pañuelo blanco para cambiar de tercio. También es aquel que toca los clarines, el mulillero, el empresario de la plaza, el arenero, el que revisa las entradas en el acceso al coso, aquel que reparte el programa del día, el vendedor de agua y refrescos, el veterinario y el asesor artístico de la plaza, aquel que echa los toldos, el encargado de sacar al burel de los chiqueros, el alguacilillo...
Hasta el albero es respetable cuando se abren las puertas de la Maestranza. Hoy comienza la Feria de San Miguel y el respetable ocupará su sitio, observará con detenimiento la corrida y luego comentará. Ese es el respetable.
¡¡Ole!! ¡¡Ni que fuera Díaz Cañavate!!
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